miércoles, 25 de febrero de 2009

Controles antidoping

El pasado mes de diciembre tuve la suerte de pasar una tarde en compañía de unos amigos en casa de Chechu Rubiera. Ninguno de los que íbamos conocíamos el lugar exacto donde vive el ciclista, tras hablar con él por teléfono y seguir sus indicaciones llegamos. Chechu y su mujer nos recibieron en su hermosa casa en un lugar muy tranquilo, al que no es fácil llegar si no conoces bien la zona, a pesar de ello nos comentan que cada pocos días reciben la incomoda visita de los señores de la UCI para hacerle controles. Aquel día había entrenado por la mañana y después fue a comer a casa de sus padres, para ello tuvo que enviar un correo electrónico a la UCI informando de su paradero. La mayoría de la gente desconoce estas cosas y a los aficionados nos parece increíble que nuestros ídolos sean cuestionados constantemente y tengan que demostrar su inocencia a diario.



Tengo guardado este artículo del periódico META 2MIL donde explican como funciona este sistema antidopaje.



Reportaje de Jorge Quintana META 2MIL


26 DE FEBRERO DE 2008


El nuevo proyecto estrella de la Unión Ciclista Internacional se llama ADAMS. Es un programa informático en el que el ciclista debe indicar todo lo que piensa hacer durante las 24 horas del día y en el que si decide, por ejemplo, ir a visitar a un amigo. Debe previamente indicarlo en el programa informático y dar no solo la dirección sino incluso el teléfono de ese amigo.

Lo curioso del sistema ADAMS es que detrás de tanta lucha antidopaje hay una autentica sangría... de presupuestos de los equipos que se han convertido en los grandes pagadores de la lucha antidopaje. Y el sistema de localización ADAMS se ha convertido también en un autentico chorro de dinero que va aparar a las arcas de la UCI.

En una reunión se explicó a los managers de los equipos Pro Tour que deberían pagar 120.000 euros por todo el programa ADAMS. Y se habló de que los equipos profesionales que quisieran disputar las pruebas Pro Tour tendrían que seguir el mismo sistema, aunque la cuota sería de la mitad, es decir, alrededor de 60.000 euros.

Posteriormente la UCI ha remitido una carta a un equipo profesional español en la que le informa de que si quiere entrar dentro del sistema ADAMS debe pagar mas de 7.000 euros por ciclista lo que dispara el coste a 120.000 euros, es decir, lo mismo que abonan los equipos Pro Tour.

De todos modos, sean 60.000 o 120.00 por equipo. Lo cierto es que parece que la UCI cifra el coste del nuevo sistema de localización en 7.300 euros por ciclista y año. Curiosamente si un ciclista fuera sometido todas las semanas a una analítica completa en un laboratorio homologado en el que se midiera su hematocrito, hemoglobina y reticulocitos, únicamente serían necesarios 1.000 euros anuales.

Sin embargo, el sistema impuesto por la UCI exige el pago de más de siete veces esa cifra, lo que da idea de la elevadísima cantidad que se está exigiendo a los equipos. Y esa cifra de 120.000 euros en un presupuesto de un equipo profesional acaba suponiendo un 10% del total.

Sólo hay que pensar que ciclistas que cobran 27.000 euros brutos, es decir, poco más de 20.000 euros netos, la UCI va a exigir 7.300 euros para los controles ADAMS más otros tantos miles en los controles longitudinales.

Un destacado manager español comentaba a META 2MIL: “Aquí inventan un nuevo sistema de controles, pero te obligan a seguir con los antiguos. Lo que supone un presupuesto para controles totalmente desproporcionado. Esto no tiene ningún sentido porque además no garantizan nada: te cobran y no te dan ninguna garantía de correr ninguna carrera. El sistema es diabólico: si no pagas, no corres las carreras grandes. Y si haces un esfuerzo, hablas con los patrocinadores y encuentras ese dinero, es posible que tampoco puedas acabar corriendo esas grandes pruebas”.

Entre el sistema ADAMS y el sistema de controles longitudinales, los equipos Pro Tour pueden acabar pagando 200.000 euros al año. Lo que multiplicado por 20 equipos supone cuatro millones de euros. Si a eso se suma el dinero que deben invertir los equipos continentales, la cifra supera los mil millones de pesetas. Dinero fresco para las arcas de la UCI, una institución a la que por lo visto, no le va nada mal con la implantación de tanto sistema nuevo y revolucionario. Y es que la lucha contra el dopaje también puede ser un buen negocio.